Capitulo 1.- El primer encuentro.

Capitulo 1.- El primer encuentro.

 Ahora mismo, me encontraba subiendo las largas y anchas escaleras del gran internado, cargada con todas mis maletas a reventar de todo el mogollón de ropa que tenían en su interior. Eran las doce menos cinco y justamente a las doce teníamos que estar  todos reunidos en la tercera planta  para así, poder distribuirnos en las habitaciones, clases y diferentes pabellones que nos separaban.

-¡_____  (tu nombre) espéranos, no vayas tan rápido!-Me gritó Débora desde la primera escalera de abajo.-Nos sobra tiempo.

Volteé la cabeza hasta encontrarme con las miradas de mis amigas, que no expresaban mucha alegría a decir verdad. Y tampoco es que yo estuviese emocionada por ingresar en un internado pero aquí por lo menos estaría en compañía y no sola, como solía estar en Canadá.

- Bueno pues yo no quiero llegar tarde así que si queréis me voy adelantando y allí nos vemos.-Les propuse.

- Venga vale, guárdanos un sitio.-Me dijo Paula volviendo a cargar con su morada maleta…

- NARRA JUSTIN-

Descendí de mi moto y encendí mi cigarro, me llevé una calada y luego proseguí a entrar en el centro donde teníamos como una especie de reunión donde íbamos a conocer a los nuevos que venían. Un verdadero asco… ¿Lo bueno? Que habría chicas y a lo mejor con eso de suerte estaban buenas.

Subí las blanquecinas escaleras de dos en dos, saltándolas, hasta que por fin llegue al gran portón donde desde fuera se podían oír los gritos de la directora pidiendo silencio. Negué con la cabeza y tiré el cigarrillo al suelo, para luego después pisarlo con el pie hasta apagarlo por completo. Suerte que el conserje no me había visto.

- Perdón.-Dijo una voz fina y dulce detrás de mi.

- ¿Si?-Me volví con rapidez.

Con lo primero que me topé fue con sus ojos brillosos y luego, con su larga melena dorada, fina y lisa. Sacudí mi cabeza para salir de la nube y luego me apoye en el pomo de la puerta mostrando mis blancos dientes.

- ¿Vas a pasar?-Preguntó tímida.

- ¿Y tú?-Le cuestioné yo algo divertido.

- No puedo, porque me tapas la entrada.-La señaló y yo reí.

- Pues apártame.-Le reté sabiendo que no iba a poder.

Sin ni siquiera intentarlo al menos, bufó y se cruzó de brazos. Nunca la había visto por lo tanto supuse que era nueva y que no tenia ni idea sobre mi y mis “correctos” modales con las señoritas. Reí inconscientemente y logré que me mirase unos segundos.

- Si piensas que me vas a dar pena o algo y te voy a dejar entrar.-Empecé a hablar.-Ni de coña.-Carcajeé y me crucé de brazos.

Justo en ese instante el timbre sonó, advirtiendo de que era hora de entrar. La chica aun se tensó más y se acercó a mí con aire amenazante. Pero enseguida bajó los humos.

- Mira, a mi me da igual si tu no quieres pasar pero es mi primer día y no quisiera cagarla así que por favor.-Hizo una pausa.-Déjame entrar.

- Sólo si…-Vacilé un poco para seguir la frase.-Me das un beso.

Apretó la mandíbula y cerró los puños con fuerza. Cosa que me hizo reír bastante. Se notaba que lo estaba pasando mal por si la nombraban y no se encontraba presente.

- Eres un estúpido-Me insultó.

- Pero si nada más verme se te caía la baba.-Hice que se sonrojase.

- No digas gilipolleces.-Volteó la cara para no mirarme.

- Que mal hablada…-Murmuré.-Venga te doy otra oportunidad para dejarte entrar.-Me estaba divirtiendo muchísimo a decir verdad.

La pobre chica no sabía que hacer. Se mordió el labio inferior mientras daba una vuelta sobre si misma buscando cualquier manera posible de escapar de esta. Vaya, nunca nadie me había negado un beso.

- Mira, no tengo todo el d…-Y fui interrumpido por ella.

Puso uno de sus finos y largos dedos en mi boca haciéndome callar. Pegó la oreja a su puerta y yo sin moverme, intenté descubrir que era por lo que había actuado así. Estaban nombrándola. Se apartó un poco y me miró a los ojos suplicante. Reí.

- ¿Qué?

- ¿Cómo que qué?-Gritó.-Que me dejes pasar.

- O me das un beso, o no pasas cielo.-Sonreí.

Rodó los ojos y luego se remangó las largas mangas de la camiseta que llevaba puesta, y muy cabreada se acercó a mí para poder presionar delicadamente sus labios con los míos. Aunque cuando estaban a escasos milímetros de rozarse, el carraspeo de  alguien nos hizo separarnos.

- ¿Necesitáis ayuda?-Era un profesor.-Bieber, ¿todo bien?

- Todo en orden señor Matth.-Le tendí la mano gustosamente.

- Emm… perdone.-Interrumpió ella.-Pero iba a entrar aquí cuando me perdí.

- OH no se preocupe-Le sonrió Matth.-allí a la derecha hay otra puerta en la que usted puede entrar.

Y dicho eso, se despidió de nosotros con un amable “buenos días”. Enseguida que se perdió por los largos pasillos, recibí un golpe en el brazo, prácticamente imperceptible. Era de ella que me miraba fulminante y con una cara de enfado enorme. Yo simplemente me limité a encogerme de hombros.

- No me dijiste lo de la otra puerta.-Murmuró cabreada. Se veía graciosa de ese modo.

- Se me olvidó.-Le respondí con indiferencia.

Sin decirme nada más, agarró las dos maletas que llevaba y camino hasta la otra entrada. Al pasar por mi lado la agarré del brazo, pero se zafó de mi agarre. Esta chica no se libraría de mí tan fácilmente…

- Por lo menos dime tu nombre, ¿no?-Le grité antes de que entrase.

- No te interesa.-Me fulminó con la mirada mientras que me enseñaba su dedo de el medio y de un golpe, entraba hacia adentro.

Yo me quede ahí como un tonto, sonriendo sin darme cuenta y negando con la cabeza. ¡Pero que chica!  Era demasiado responsable, estupida, egocéntrica y cuando se enfadaba se ponía roja. Tenia que ser para mi segurísimo…

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Bueno pues ahí esta el capitulo. Espero que os guste y ya irán pasando cosas más interesantes dhsjkgl

¡Un Beso!

PD: Paula, si que eres tú :3