Capitulo 3.- La vida son dos días.

Capitulo dedicado a: Paula Garrido porque es lo mejor de este mundo.

*Recapitulando*

Sacándome de nuevo de mis pensamientos, Debi  tiró de mi brazo atrayéndome hacia no sé donde.

- ¿Qué haces?-Le pregunté.

- Él, quiere hablar con tigo.

En ese momento, lo vi frente a mis ojos.

Capitulo 3.- La vida son dos días.

- Jus…s….s…tin…-Tartamudeé.

Sentí como el brazo de mi amiga agarrándome desaparecía, sin ni si quiera mirarla suponí que se habría ido a coger alguna bebida o lo que fuese para así dejarnos más “a solas”. Me tensé.

- Lo que te he dicho esta mañana…-Se rascó la nuca nervioso.-Lo siento.

- Ah, no importa.-Mentí.

En ese momento una música lenta sonaba por toda la sala abarrotada de gente que bailaba al ritmo de aquella melodía. Busqué alguna escusa para irme pero no había. Tarde. Justin rodeó mi cintura con sus brazos.

- ¿Bailas?-Encarné una ceja. Rió.

- Te sigo odiando.-Le avise aceptando su petición.

Coloqué mis brazos envolviendo su cuello y apoyé mi cabeza en su pecho tranquilamente, aspirando su aroma, que por cierto, me volvía loca.

- Veremos si en un tiempo opinas igual.-Susurró en mi odio haciendo que todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo se acelerasen. Me sonrojé e intenté ocultarlo para evadir posibles preguntas de él.

Estaba muy bien en esa posición. Demasiado bien quizás. Y no quería apartarme, pero desgraciadamente la música estaba acabando y con ello “nuestro baile” si se podía llamar así claro, ya que nada más que dábamos vueltas sobre nosotros mismos. Pero para mí, era más que eso. Sonreí inconcientemente.

- ¿Estás bien?-Preguntó frotando su mano en mi espalda.

- Si.-Le respondí casi como una pregunta.

Carcajeó y luego se separó de mí. La canción había finalizado y yo no me había dado ni cuenta de lo perdida que me había quedado mirando sus preciosos ojos color miel.

- ¿Me sigues odiando?

- ¿Qué pensabas?-Reí.-Pues claro que si, piensas que todas van a caer a tus pies con unos minutos en los que te comportes educadamente y eso a mi no me vale, querido Bieber.-Chasqueó la lengua.

- Osea que, prefieres al otro de esta mañana.

- No prefiero a ninguno.-Concluí separándome, pues nos habíamos acercado y nuestras respiraciones chocaban, provocándome nervios.

Esta vez, sonaba un tema bastante movido. Miré a mí alrededor. Todos bailando junto, frotándose entre ellos mismos. Volví mi vista hacia él que me miraba con cierta picardía. Con un ligero movimiento, tiró de mí y me pegó totalmente a su cuerpo. Sentí el latir acelerado de su corazón.

- En el fondo, me matas.-Reconoció sonriendo.

- Sólo me conoces de esta mañana, ¿no vas muy rápido?-Cuestioné.

- Siempre voy acelerado por la vida, esto son dos días.-Su puta respiración impactando en mi cara me ponía más nerviosa.

- Pues disminuye la velocidad y disfruta de las cosas.-Le guiñé mi ojo derecho.

- ¿Y a quien puedo tener para que me haga darme cuenta de esas pequeñas cosas?-Encarnó una ceja. Me separé un poco.

- Tú mismo lo puedes hacer.-Intentó besarme pero yo fui más rápida y le esquivé.-Voy  a buscar a Debi y Paula ¿si?

- Está bien.-Aceptó soltándome.- Nos vemos cuando quieras.

Asentí con la cabeza mientras me alejaba de él, pero sin dejar de mirarle. En el fondo no era mal chico, simplemente ocultaba su verdadero yo para parecer el “guay” de la casa, para hacerse respetar.

Justo darme la vuelta me encontré a  Paula riendo fuertemente con Chaz, y a lo lejos a Débora con otro chico un poco más alto que ella y bastante guapo por cierto. También vi a Ryan liándose en la barra con una chica rubia aunque no el di mucha importancia. Fui con las chicas.

-NARRA JUSTIN-

 Después de estar con ____ (tu nombre) fui a tomar algo y allí me encontré con Melanie. Hacia mucho que no la veía y decidí hablar con ella.

Como estaba de espaldas, le di una palmada en el hombro y se volvió. No había perdido esos enormes ojazos.

- ¡Justin cariño!-Me abrazó.- Anda, toma algo.

Me tendió un vaso con un color un tanto raro. No le di mucha importancia y lo bebí de un solo trago. La garganta me ardió pero esa sensación me gustaba. Joder, cada vez estos vasos eran más pequeños.

- ¡Hey!-Llamé al chico de la barra.-Ponme otro de lo mismo.

Asintió con la cabeza y al poco tiempo me trajo lo que pedí. No sabía lo que era pero yo nada más que hacía que beber y beber.

Al final empecé a ver todo borroso y los oídos me pitaban. El alcohol me estaba haciendo efecto.

- Melanie.-La llamé.

- ¿Si Justin?-Se acercó a mi peligrosamente.

Y ya no recuerdo nada más. Se lanzó a besarme frenéticamente.

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