Capitulo 32.- Aquello que me hacía estar en las Nubes.

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- Esta noche te daré algo muy especial.-Dijo mientras andábamos.

- ¿El que?-Encarné una ceja mirándole.-

- Mi virginidad no es, así que no te emociones.-Me revolvió el pelo.- Es una cosa que te he comprado.-Sonrió.

- Serás guarro…-Murmuré por lo que había dicho primeramente.- Y ¿se puede saber porque me compras un regalo?

Odiaba que estuviera gastando su dinero comprándome cosas así por que si, me sentía una niña mimada y no quería eso. Si fuera mi cumpleaños pues aún pero es que ni eso, era un día normal.

- Cuando hicimos un mes no te regalé nada así que te lo daré esta noche.-Sonrió al ver que había encontrado una excusa.

Bufé y no le dije nada más. Estaba ansiosa por saber lo que era, viniendo de él tendría que ser algo realmente perfecto y bonito. Ojala hoy se me pasara rápido el día y en un abrir y cerrar de ojos ya fuera de noche…. 

 Capitulo 32.- Aquello que me hacía estar en las Nubes.

-NARRA DÉBORA-

Descendí por las escaleras del avión y una vez que pisé tierra firme recogí mis maletas. A decir verdad, llevaba demasiadas y todas apunto de reventar, pero me iba para siempre y tenía que echarme todo lo necesario e imprescindible. En realidad me venia porque en mi casa prácticamente estaba sola, mis padres eran mucho de viajar por todo el mundo a causa de su trabajo y me pasaba todos los días sola o en casa de mi tía así que se me ocurrió convencerles de venirme aquí con mi amiga y su padre. Y sorprendentemente habían estado de acuerdo, así que gracias a ello aquí me encontraba, ahora mismo un poco perdida pero feliz.

Mientras caminaba por los pasillos vi a unos chicos con un cartel que llevaba mi nombre, estaban algo alejados de mi así que tuve que fijar muchísimo la vista para ver quienes eran y  ¡MADRE MIA! ¡ERA MI FUTURO ESPOSO! Fui corriendo hasta allí pero antes de llegar por completo, para que no me tomaran por loca comencé a andar normal, con aire tranquilo. Una vez que estuve a su altura me presenté.

- Soy Débora, la amiga de Alicia.-Les tendí la mano a cada uno en señal de saludo.

- Hola, yo soy Christian y ella es mi hermana Caitlin.-Hablo primeramente wklñpolñlpcvsfirkg CHRISTIAN ashdñflafeñwre.

- ¿Qué tal?-Exclamó.-Que alegría que te vayas a quedar aquí.

- Si, siento mucho llegar tan así de repente pero…-No me dejaron terminar.

- No te preocupes, así no nos aburrimos.-Me dijo su hermano guiñándome el ojo.

Esa acción hizo que me derritiese por dentro lentamente. Iba vestido con unos pantalones por la rodilla negros, una camiseta blanca y unas Vans, hermoso.

Al verme cargada con tantas maletas se ofreció a ayudarme, igual que su hermana. Eran los dos muy amables. Subimos en su amplio coche y nos dirigimos a su casa. Estaba ansiosa por llegar y ver donde dormía, a lo mejor había suerte y compartía cama con Chris…

- NARRA JUSTIN-

Después de cenar, ayudamos a mis abuelos a quitar la mesa ya que estaban algo mayores y enseguida se cansaban. Con el paso de las horas Alicia ya estaba empezando a perder la vergüenza y eso me encantaba, porque ya podía besarle sin que estuviera preocupándose porque en algún momento nos pillaban. Terminamos y nos sentamos todos juntos en el sofá para ver una película que según mi abuela, era de lo mejor en su época. Cuando la vi me quedé atónito, no era en color y encima no hablaban, era una película de esas muda.

- Abuela, esto es un aburrimiento.-Le dije sin ofenderla.

- ¿Pero que dices? si está genial.-Señaló la pantalla con la mano.- Alicia ¿tú que opinas?

- Yo emmm…-Me miró sin saber que decir.

- Que no le gusta, se va a quedar durmiendo.-Intervine yo.

Mi abuelo nos mandó callar a todos con un movimiento rápido de manos. Le hice un gesto a mi novia indicándole que se levantara disimuladamente, y así hizo. Subimos por arriba hasta llegar a la habitación, cerré la puerta al pasar para tener algo más de intimidad y fui hasta el cajón del armario donde guardaba mi regalo, pero para mi sorpresa allí no estaba. Busqué luego en el otro cajón pero nada.

- Vaya…-Dije pasándome la mano por el pelo.

- ¿Qué ocurre?-Me preguntó mi novia sentada con las piernas cruzadas en la cama mirándome.

- No encuentro… el regalo.

- ¿Has buscado bien?-Preguntó incorporándose un poco.

Me puse a pensar, recordando todos los pasos que había hecho pero no daba con la solución de donde podía estar. Que raro, muy raro. Al final mi madre tendría razón en que era un despistado… metí mis manos en los bolsillos, siempre lo hacia cuando estaba nervioso. Había algo dentro de uno de los bolsillos que me molestaba, lo saqué y ¡ERA MI REGALO! ¿Cómo había llegado allí? miré a Alicia mostrándole la cajita negra con una sonrisa en el rostro. Me acerqué a ella y se la entregué.

- Nada más lo que es  el envoltorio me encanta.-Sonrió tiernamente.

La agarré por la cintura y la puse sobre mí. Apoyé la cabeza en su hombro y observé atento como lentamente subía la tapa negra y morada hasta dejarla a un lado de la cama y emocionada sacaba el colgante que ponía “J&A”. Se puso una mano en la boca sorprendida y se giró para mirarme emocionada.

- ¡NO ME LO PUEDO CREER!-Sus ojos estaban algo cristalizados.- ¡ES GENIAL JUSTIN! ¡NO ME LO CREO! Te habrá costado una millonada.-Dijo gritando.

- Tranquila Shawty, simplemente es un detalle bonito.-Le besé en la frente.

- Nunca, nadie me había echo esto.-Pestañeó y una lagrima corrió por su mejilla.- Lo siento, es que… me siento tan feliz y afortunada.

Empezó a llorar aún más, la rodeé con mis brazos y escondió la cabeza en mi pecho. Entendía porque estaba así, nunca la habían valorado como debían y ahora todo esto para ella era algo fuera de lo común. Miré su mano, agarrando mi camiseta y colgando de esta, nuestras iniciales.

- ¿Te lo pongo?-Pregunté pasándole una mano por el pelo.

- Por favor si.

Se separó de mí, secándose algunas lagrimas y se dio la vuelta para que pudiera colocárselo. Abrí el cierre con cuidado, solía ser bastante patoso con estas cosas. Lo enganché y listo, se volvió para ver como le quedaba y en su cuello aún se veía más bonito de lo que era.

- Te queda perfecto.-Sonreí.

- No tenías porque haberte molestado.

- Pesada que eres con eso, lo he hecho porque te quiero.-Besé sus labios fugazmente.

-  Enserio Justin.-Me dijo seria.-No quiero que te gastes siempre dinero en mi.

Como sabía que seguiría quejándose no le dije nada más, simplemente la callé con un tierno y delicado beso. Sentí perfectamente como sonreía y me lo contagió a mí. Nuestros labios se movían encajando a la perfección como si fuesen dos piezas de un puzzle. Puse mis manos alrededor de su cintura y bajé un poco hasta la altura de sus muslos, se estremeció al notar el contacto de mis manos en su piel. Me separé un poco para coger aire e incliné mi cabeza para depositar un beso en su cuello. Luego volví a besarle con la misma pasión que antes, uniendo nuestras lenguas en una batalla en la que nadie ganaba o perdía. Viendo que la situación se volvía algo mas acalorada, ella posó una de sus manos en mi pecho apartándome con delicadeza y luego me miró, esbozando una pequeña sonrisa.

- ¿Qué vamos a hacer mañana?-Preguntó curiosa.

- Lo que tu quieras.-Besé la punta de su nariz y la arrugó provocándome una risita.

- Ya casi no compones ni nada, tus Beliebers estarán desesperadas.-Se quejó.-Y creo que es un poco por mi culpa, desde que estas con migo no te veo trabajar.

- Es que si empiezo con eso tendremos menos tiempo para nosotros.-Le dije algo triste.

La verdad es que tenia razón, desde que ella y yo éramos novios, todos los proyectos que tenía en mente sobre mi disco los había dejado a un lado  y las pobres de mis Beliebers estaban desesperadas. De repente, se me encendió como una especie de bombilla en la cabeza y tuve una gran idea.

- ¿Te parece si mañana componemos algo juntos?

- ¡Si! me encantaría Just.-Exclamó feliz

- Y luego vamos a comer al Mc Donald’s -Propuse.

Dio un tremendo salto de la cama  y se tiró encima de mi contenta por mi propuesta. Besé sus labios fugazmente y luego nos apartamos. El reloj marcaba ya la una de la madrugada y decidimos que nos teníamos que ir a dormir ya,  o si no mañana no haríamos nada productivo.

- Voy a ponerme el pijama ¿vale?-Me avisó rebuscando en su maleta.- Vete a la esquina y date la vuelta.

- ¿Por qué?-Pregunté tumbándome en la cama pero sin perder la vista de ella.

- Porque lo mando yo, venga.-Se arrimó a mi y me sacó de mi sitio poniéndome en un rincón de la habitación.- Y no te gires.

Aguantándome las ganas, obedecí lo que me decía y no me volteé por nada del mundo. Oí el ruido de cómo el pantalón caía chocando con el suelo, mentiría si no dijera que deseaba verla.

-  ¿Ya está?-Pregunté.

- No.-Me respondió tajante.

Sin saber que hacer me puse a mirar la mesa que había delante de mí y me topé con un espejo. Lo cogí y lo puse a la altura perfecta para poder ver todo lo que estaba atrás mío, sobre todo a una hermosa chica.

- Me sorprende que no te vuelvas.-Comentó.

-A mi también.-Dije divertido evitando no reír.

Su cuerpo era totalmente perfecto, al menos para mí. Cualquier modelo se le quedaba pequeña al lado de ella. Terminó de colocarse la camiseta y dejé el espejo en su sitio para que no me pillase.

- Puedes volverte ya.

Con una sonrisa de oreja a oreja me di la vuelta. Yo simplemente tenía que quitarme la camiseta y los pantalones así que lo hice delante de ella, con total normalidad. Se quedó mirándome extrañada.

- ¿Qué?-Pregunté.

- Nada, nada.-Posó la vista a otro lado.

Me acerqué a la cama y me tumbé, los pies se salían por fuera de esta pero me daba igual. Palmeé un lado del colchón para me Alicia pudiera tumbarse. Una vez que se acomodó, pasé mi brazo alrededor de su cintura y la atraje hacia mi, si no se caería.

- Esto es muy estrecho.-Murmuró.

- Mejor, mas juntos estamos.-Sonreí y le di un beso en los labios.-Buenas noches.

- Que duermas bien.-Eso lo dijo en Español, pero llegué a entenderlo.

En unos pocos minutos el sueño me venció y acabé durmiendo placidamente. Alicia también acabó durmiéndose, pero antes que yo. Mientras, estuve contemplado su angelical rostro que me hacia estar en las nubes…

 -NARRA DÉBORA-

Mis ojos comenzaban a cerrarse mientras que los de Caitlin estaban abiertos de par en par. Para matar el tiempo habíamos hecho una apuesta, el que antes se durmiera perdía. Y antes de empezar a jugar habíamos estado corriendo, bailando, bañándonos en la piscina…. así que imaginaos el cansancio que llevaba mi cuerpo en estos momentos. Christian como no, estaba sobado en el suelo. Se le veía tan hermoso….

- Chicas, ¿vais a dejar ya el juego este?-Intervino su madre al darse cuenta que aun estábamos ahí.- Iros a dormir anda.

- Mamá espérate por favor un milisegundo que ya voy a ganar.-Le dijo Caitlin.

Cansada de aguantar tanto, cerré los ojos perdiendo la apuesta, ahora le tendría que dar los 30 dólares que a saber de donde los sacaba…

- ¡OH SI HE GANADO!-Se puso encima de la mesa y empezó a bailar.- ¡MIRA MIRA QUE HE GANADO! ¡OEEEEEEEEEE! JAJAJAJAJAJA SI ES QUE LO SABIA, MAN.

- Bueno enhorabuena, ¿podemos dormir ya?-Intervino Chirstian.

Del alboroto que había montado su hermana, se había despertado. Su madre le regañó por gritar y bailar encima de una mesa muy endeble que posiblemente se hubiera roto, y nos mando a todos a dormir.

Subimos por las escaleras  y cogí el pijama de la habitación de Cait, me lo puse y me tiré exhausta en la cama.

- Aparta que me voy a dormir, vete a tu habitación.- Eso me dejó un poco descolocada.

- ¿Y donde voy a dormir?

- Con mi hermano.-Dijo en todo de obviedad.- Te está esperando.

Iba a decirle que por favor no, pero ¿para que? tuviera la oportunidad de dormir con él kslafñpgklfaspñ ¿la voy a rechazar? NO.

Asentí con la cabeza y me fui hasta la otra habitación, que estaba justo al lado. Al entrar me topé con Christian que estaba sin camiseta, mis mejillas se tornaron de un color rojizo.

- Creí que no venias nunca.-Exclamó.- Bueno, ¿dormimos?

- Emm si, claro.

Había un colchón al lado de su cama y supuse que era para mí así que me tumbé en é.

- ¿PERO QUE HACES?-Gritó asustándome.

- ¿Qué pasa?-Dije alarmada.

- Esa es la cama de mi perrita.

- ¿CÓMO?-Exclamé.

Se agachó al suelo y sacó entre sus manos una gran bola peluda con dos ojos brillantes. Le dio un beso y la colocó en mi lugar.

- Tu duermes aquí.-Palmeó un lado de la cama donde él estaba.

La señalé dudosa y asintió con la cabeza. Me metí en ella lentamente y al ver que no me lo impedía terminé de acomodarme.

- Buenas noches.-Le dije.

Sentí que algo me sujetaba por la cintura, giré un poco la cabeza y era él, sonreí tontamente y luego cerré los ojos. Dormir al lado de Christian era algo inalcanzable para mí…

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Bueeeeeno, ya está el capitulo 32, ¿que os ha parecido? espero que no os haya disgustado mucho porque ultimamente me están saliendo los capitulos horribles.

Cambiando de tema, ya he hechado cuentas y creo que está novela acabará pasados los 100 capitulos asique teneis novela para rato...

Bueno chicas, espero vuestros comentarios y eso... ¡Os quiero muchisimo! 

PD: Subo hoy porque si no a Debii le daba algo.

Un beso!